Todo empieza cuando Kirby se dispone a zamparse su delicioso trozo de tarta en mitad del campo y este es desaparece misteriosamente delante de sus ojos. Kirby, con esa capacidad deductiva que le caracteriza, en seguida relaciona el robo con Dedede y se dirije a su castillo a zurrarle la badana.





Pero una vez alli el equipo de ladrones conocidos como Squads, roban varios tesoros del Rey Dedede. Al parecer están saqueando toda Dreamland, y Kirby no quiere quedarse sin su pastel, así que tendrá que perseguirlos allá donde vayan.



Mecánica de juego:





Bueno, es un Kirby, como los de toda la vida, no hay mucho que decir, avanzas, te comes un enemigo y adquieres su habilidad para acceder a nuevas zonas... o eso creía yo.



La acción transcurre en la pantalla superior con unas discretas dos dimensiones sin ningún efecto llamativo más allá de un único scroll con el fondo que se encuentra estático y en la infinita lejanía.



En la pantalla inferior vemos lo que deducimos es el estómago de kirby donde podemos almacenar hasta cinco objetos diferentes, objetos de recuperación, habilidades encontradas en burbujas (no, las que conseguimos directamente de los enemigos no las podemos guardar) y cofres. En casi todas las fases hay tres cofres que recoger, dos pequeños y uno grande que guarda o te intenta robar el squad del final de la fase.



Cada uno de esos cofres contiene un premio, un trozo de una imagen, una estrella de la puerta estelar, un spray para cambiar a kirby de color...



La idea es buena pero nos encontramos con un juego en el que la dificultad es mínima, la mayoría de puzzles (dos de tres, por que tampoco hay muchos) se basan en prueba error, si no es un camino pues será el otro, y así...



Lo cual acaba aburriendo soberanamente, ya que la mayoría de enemigos son tan fáciles de matar que no representan obstáculo alguno, como los squads, a los que puedes eliminar manteniendo pulsado un botón si posees alguna habilidad enemiga.